ESCUELA "VICENTE ROCAFUERTE"

ESCUELA "VICENTE ROCAFUERTE"

miércoles, 29 de febrero de 2012

Estimulando estos juegos estamos favoreciendo la comprensión y la asimilación de los aprendizajes futuros.

A partir de los 2 años, aproximadamente, observamos que nuestro niño  imita acciones de su mundo cercano: juega a cocinar, a dormir a su muñeca, a conducir, a ser médico, tendero, etc.

Esta actividad, además de ser una nueva forma de jugar, se va a convertir en una fuente inagotable de aprendizaje.
Los juegos simbólicos o de imitación ponen en práctica conocimientos sobre las personas, los objetos, los animales, etc., lo que está bien y lo que está mal, y además desarrollen su imaginación.

Este tipo de juegos tiene un alto potencial educativo, ya que, a través de estas actividades, se adquieren nociones sobre el entorno, las habilidades sociales y el lenguaje.

La importancia de estos juegos radica en la capacidad de simbolizar permitiendo al niño  la creación de representaciones mentales cada vez más elaboradas.

Le ayudaremos proporcionándole juguetes, situaciones u otros estímulos que le permitan:

6 a 9 años

Estimular la motricidad fina.

En esta etapa su precisión y habilidad manipulativa mejoran tremendamente. Las miniaturas, manualidades, juegos de construcción y juegos de habilidad le permitirán practicar y mejorar la coordinación y la fuerza de manos y dedos.


Consolidar la lateralidad.

Es el momento de consolidar los conceptos derecha-izquierda y asimilarlos tanto en el propio cuerpo como en otras personas u objetos. Los juegos de construcción, las manualidades y muchos juegos de mesa pueden ayudar a consolidar estos aprendizajes.





Fomentar la creatividad y la imaginación.

En esta etapa los niños/as son tremendamente creativos y sus invenciones y creaciones cobran todo lujo de detalles. Son adecuados para estimularla los juegos simbólicos (ahora más complejos y detallados), además de las construcciones, manualidades, etc.

Facilitar el aprendizaje de debatir, negociar y resolver conflictos.

Ha de acostumbrarse a debatir y negociar con sus iguales, para resolver conflictos o llegar a acuerdos. Los juegos de roles e imitación estimulan el lenguaje y ejercitan la habilidad de ponerse en el lugar del otro. Muchos juegos de mesa implican negociar o debatir y otros plantean conflictos y son una buena oportunidad para aprender a resolverlos.

 
Aprender habilidades de cooperación y competición.
 
Los juegos compartidos son una excelente oportunidad para desarrollar estrategias de cooperación y para aprender a perder.


Ejercitar la lecto-escritura y las habilidades gráficas.

En el mercado hay muchos juegos para ejercitar el trazo, incrementar el vocabulario, etc.



Mejorar capacidades cognitivas.
 
Muchos juegos de mesa y construcción ejercitan la memoria, la atención, la reflexión, el razonamiento y la concentración. Ejercitar estas capacidades de manera divertida es una forma de prepararse para abordar tareas escolares, etc.


Afianzar conceptos temporales.

Son adecuados juegos y actividades que le permitan familiarizarse con los calendarios, las agendas, los relojes, los horarios, las secuencias temporales, etc.


Adquirir hábitos de vida saludables.

Muchos juegos de imitación y algunos de reglas nos recuerdan la necesidad de lavarse los dientes, compartir responsabilidades domésticas... El refuerzo de estos valores a través del juego contribuye a su asimilación.


Fomentar la curiosidad y el aprendizaje.

Muchos juegos abordan conocimientos escolares de forma divertida y pueden ser una excelente oportunidad para repasarlos e incrementar su curiosidad por aprenderlos.



Consolidar una actitud respetuosa con el medioambiente.

Un gran número de juegos de imitación ayudan a escenificar acciones relacionadas con el reciclado, el aprovechamiento de los recursos o el respeto por la naturaleza. También algunos juegos científicos y de reglas ayudan a comprender este tipo de necesidades y su relación con el entorno.

Favorecer la expresión corporal y la dramatización.

Las capacidades expresivas se incrementan mucho en esta etapa, y los niños/as disfrutan especialmente con juegos de dramatización, mímica, bailes, etc.


Estimular el ejercicio físico y el no sedentarismo.

Su capacidad y coordinación motora está ya muy desarrollada y muchos juegos deportivos, de baile o que impliquen movimiento, pueden contribuir a que se habitúe a una vida más activa y menos sedentaria. Las bicicletas y las pelotas siguen siendo las eternas protagonistas en esta etapa.

Reforzar la autoestima.
 
Los juegos que permiten a los niños/as conseguir un objetivo satisfactoriamente, les ayudan a sentirse bien con sus capacidades y a ser conscientes de sus progresos. Aquellos que tienen varios niveles de dificultad son excelentes para proponer retos lúdicos de forma progresiva y alcanzable para ellos.


Transmitir actitudes de solidaridad y tolerancia.

Los juegos compartidos (simbólicos, de reglas…) favorecen la socialización y la adquisición de actitudes de respeto y tolerancia.

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